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Notas
  • Dieta antioxidante: el sol hace estragos en la piel si no se tienen los cuidados necesarios, pero además de protegerla con un bloqueador solar, también puedes cuidarla desde adentro, a través de la alimentación. Los especialistas recomiendan incluir en tu dieta alimentos como el kiwi, naranja, nueces, té verde, espinacas, ya que todos éstos tienen alto contenido de antioxidantes que protegen tu organismo de los radicales libres.
  • Ejercítate: lo ideal es realizar rutinas de bajo impacto para no forzar a tu cuerpo, una caminata por la mañana o tarde es una buena opción. El pilates y el tai-chi también dan excelentes resultados. El pilates consiste en una serie de ejercicios diseñados exclusivamente para embarazadas que proporcionan elasticidad, tono muscular y una educación postural. Además, te enseña a controlar las respiraciones, prepara el cuerpo para el parto y previene dolores de espalda. El tai-chi, por su parte, te relaja, aumenta tu capacidad de concentración, te enseña a controlar tu cuerpo a través de la respiración, evita el aumento excesivo de peso, mejora tu resistencia y circulación sanguínea.
  • Toma dos duchas: en el embarazo hay que prestar mayor atención a la higiene. No tengas reparo en darte las duchas que consideres precisas y si lo haces con agua templada verás lo bien que te sientes. Además de relajarte, favorecerás la circulación y estarás mucho más activa, con más energía.
  • calor embarazo
  • Cuida tus piernas: una de las sensaciones más molestas que produce el calor son las piernas cansadas. En el embarazo la circulación se ve afectada por la acción hormonal y por el aumento del volumen sanguíneo. Si a esto le unes el calor veraniego, las cosas se complican aún más. Para evitarlo, además de mantener las piernas en alto siempre que puedas, utiliza productos cosméticos específicos, como geles y bálsamos para piernas cansadas. Elige los que contengan cítricos que tienen una acción descongestionante, consérvalos en la nevera y date con ellos un buen masaje desde los pies hasta los muslos, siempre en sentido ascendente y con movimientos envolventes, utiliza ambas manos. Hazlo a diario después del baño, notarás que el masaje resulta muy gratificante y te sentirás mucho más ligera.