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Notas


Es probable que sientas algún tipo de reparo a la hora de practicar sexo durante el embarazo. Debido a los cambios hormonales y físicos que experimentamos, la libido puede aumentar o verse reducida, todo depende de cada etapa de la gestación y de cada mujer. Pero debes saber que, si estás llevando un embarazo normal, no existe ninguna barrera que te impida seguir manteniendo relaciones sexuales con tu pareja. Si quieres, ¡puedes!

El deseo sexual

Algunas mujeres pierden el deseo sexual durante cierta etapa del embarazo. Si es tu caso, no te preocupes, es algo completamente normal que tiene que ver con los cambios hormonales y las molestias que se pueden producir. El dolor de espalda, el cansancio o la sensibilidad de los pechos puede provocar que nuestro deseo disminuya, especialmente durante la recta final del embarazo.

Sin embargo, el embarazo también puede implicar un aumento de la libido: ten en cuenta que la vagina es más flexible durante estos meses y además está mejor lubricada gracias al aumento de flujo. Esto puede hacer que tus relaciones sean incluso más placenteras. Lo importante es escuchar tu instinto y compartir impresiones con tu pareja.

¿Puede suponer un problema para el feto?

¡En absoluto! El feto está perfectamente protegido dentro de la bolsa amniótica y rodeado por las paredes uterinas, por lo que no debes preocuparte. El cuello del útero se sitúa al fondo de la vagina y está sellado por un tapón mucoso, por lo que es imposible que durante las relaciones sexuales se llegue a tocar el feto.

¿En qué ocasiones no se recomienda?

Normalmente no hay ningún problema en practicar sexo durante el embarazo, de hecho podemos hacerlo incluso hasta el noveno mes. Las relaciones sexuales no provocan una aborto espontáneo: no existe ninguna relación causa-efecto que los vincule. Sin embargo, en ciertas ocasiones, es mejor abstenerse:

>Si durante o después de las relaciones sexuales sientes contracciones.
>Si se producen hemorragias.
>Si se tiene placenta previa, una complicación que hace que la placenta se sitúe cerca o sobre el cuello uterino.
>En caso de riesgo de embarazo prematuro o riesgo de aborto.
>Si se ha perdido líquido amniótico.
>Cuando se ha roto la bolsa de agua.
>Durante un tratamiento por infección vaginal.

El médico será quien decida qué es lo más recomendable en cada caso, consúltalo siempre con él.

Las posturas más cómodas

Cuanto más pasen los meses, más aumentará tu tripa, lo que puede ser un handicap a la hora de mantener relaciones, más que nada porque no resulta sencillo encontrar la postura adecuada. Con la práctica lograréis averiguar en qué posición os desenvolvéis mejor.

Fuente: enfemenino.com